sábado, 2 de octubre de 2010

EL AMERICANO


No suelo escribir sobre las películas que no me gustan, ¿para qué? Pero esta se merece un comentario. La película tiene un hermoso arranque en un bosque cubierto de nieves suecas. En medio del mayo de los silencios, el protagonista asesina a un tirador que le ataca y a la mujer que le acompaña.

Fin de la emoción. El resto de la película dicho protagonista (George Clooney) se la pasa semiescondido en un precioso pueblo italiano donde nunca ocurre nada. Allí se dedica a montar un rifle por encargo de una bella dama, habla con el cura y se enamora de una prostituta.

Se supone que esta es la historia de una redención. ¿Ah, sí? Pues no se nota. Lo que parece es lo que se ve: un bodrio. El cura resulta ser otro pecador y la prostituta una joven de lo más normal que va al cine con sus amigas. Las escenas eróticas son monótonas y las conversaciones profundas la mar de superficiales.

El protagonista quiere abandonar su vida de fuera de la ley pero, claramente, no lo conseguirá. ¿Alguien lo había dudado? No creo, la película no plantea ni siquiera una remota posibilidad de suspense, misterio o indecisión en el espectador sobre lo que vaya a ocurrir.

Qué pena... Me entristecen las películas malogradas. Más aún la idea que tienen los amigos con los que compartí la experiencia: siempre que vamos al cine juntos salimos insatisfechos. ¿Estamos condenados a tragarnos juntos los mayores bodrios de la cartelera? Ni siquiera ese día pudimos tomar unas cañas de consuelo...

Por suerte, no todos pensamos lo mismo, así que os dejo aquí otro comentario radicalmente opuesto sobre esta película:

viernes, 1 de octubre de 2010

Bright Star




Ahora que he vuelto a ir al cine, esta ha sido una gran elección. Lo que más me ha gustado de esta película no ha sido la historia de amor, que es el hilo conductor: una historia de amor "romántica" en el mejor sentido de la palabra: final trágico, imposibilidad de consumación para los amantes, alejamiento forzoso... Tampoco ha sido el retrato del poeta Keats, que también es, por otra parte, interesante. Lo que más me ha gustado es que el punto de vista de la historia se haya centrado en ella, en la chica, una mujer de la que se nos muestran los detalles de su aburrida y sencilla vida con un preciosismo extraordinario que produce una gran sensación de belleza en la retina: los paisajes que rodean la casa, de los que se nos enseñan con primor flora y fauna a través de las estaciones; los interiores que conforman el hogar, cocina, salón, dormitorios, donde se cuece el amor de la joven por un chico desvalido, pobre, enfermo y entregado a la infructuosa empresa de la poesía, que no le reporta ningún dinero y solo algunas críticas favorables. Me encanta el delicado detalle con el que se ha confeccionado el vestuario y la importancia que se da a todo eso que parece atrezzo secundario y que, sin embargo, se convierte en un deleite sensorial: los tapices de las sillas, los tapetes de las mesas, la loza en la que se sirven bebida y comida, las texturas de las cortinas... Todo lo que en definitiva rodea la vida de una mujer ligada absolutamente al hogar.
¿Bright Star es una película para mujeres? No, pero sí es sobre mujeres: las que se entregan elevando así una vida en el fondo pobre, aunque llena de poesía cotidiana. Esta es el verdadero arte que refleja esta maravillosa obrita.
No hay que perderse una increíble escena de dolor que sobrecoge y espanta: Fanny agarrada a su madre y sintiendo que no puede respirar, que no puede respirar, tanta es su pena. En la secuencia que cierra la película pasea entre la nieve vestida de impoluto negro, como virgen viuda que será para siempre.
Tremenda.