sábado, 1 de mayo de 2010

Moonraker



De un tiempo a esta parte, en La Sexta echan todos los lunes una peli de James Bond. Ya se conocen los ingredientes: un actor apuesto, unas cuantas mujeres físicamente portentosas, mucha acción, un malo muy muy malo, y una canción pegadiza para el comienzo. La combinación de estos ingredientes puede ser mejor o peor. Ahí tenemos al sosainas de Pierce Brosman y sus aburridas películas, o las de Roger Moore, como esta que comento, que me pareció fantástica después de muchos años de haberla visto por primera vez.


Hay dos escenas que me dejaron clavada en el sofá. En la primera James Bond entra en un simulador espacial. El malo muy malo envía a su esbirro (un chino con catadura muy fea) para matar a Bond. Para ello, el chino intenta elevar progresivamente la velocidad del simulador, de modo que vemos la cara de Bond desencajándose y su cuerpo convirtiéndose en un ocho. Por supuesto, el famoso espía consigue salvarse de tamaño brete, pero el montaje consigue que la tensión del espectador suba por momentos e incluso dude de las posibilidades de Bond para salir del simulador con vida (lo hace con todos los pelos en su sitio, of course).


La siguiente escena me pareció llena de crueldad y muy difícil de encontrar en un Bond de hoy día. El espía de Su Majestad seduce a la ayudante del malo muy malo, pero este se entera y la despide. La cosa no queda ahí: el esbirro chino suelta unos doberman de aspecto sangriento que corren tras ella por un bucólico bosque. La mujer quiere ser más rápida pero cada vez que mira hacia atrás los perros están más cerca. Finalmente la alcanzan y la tiran... El espectador sabe qué ocurrirá después, y un estremecimiento le recorre. Fascinante.




Otra seña de identidad de las películas de James Bond son los títulos de entrada. Disfrutad de los títulos de Moonraker y de la preciosa canción de Shirley Bassey:

http://www.youtube.com/watch?v=oieAo5NiYjc&feature=related





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